Krauze presentó ayer en España su libro El poder y el delirio, de la editorial Tusquets, sobre Chávez y Venezuela. Espera presentarlo también en Caracas cuatro días antes de las elecciones. Pero no está seguro de si viajará finalmente. "¿Usted cree que podré presentarlo sin que me echen del país?", pregunta. "El libro es mucho más mesurado que lo que el título puede dar a entender. Es sumamente respetuoso. No trato a Chávez ni de bufón, ni de loco, ni payaso, ni cínico. Y he hablado con varios chavistas y creo que algunos son personajes extraordinariamente complejos. No se puede simplificar. Pero lo titulé así porque creo realmente que lo que Chávez padece es un delirio de poder. Y si algo nos ha enseñado el siglo XX es que la concentración de poder en manos de líderes carismáticos sólo ha traído violencia, guerra y muerte".
"Chávez sigue soñando con la reelección indefinida", señala Krauze. "Gracias a su vigor físico, a su pasión ideológica y a su vocación social, que en mi libro reconozco, Chávez aspira a mantenerse en el poder. Yo, sin embargo, anhelo que con las próximas elecciones regionales la oposición gane en algunos Estados. Eso sería un avance hacia las elecciones parlamentarias de 2010. Y así, en las elecciones presidenciales de 2013, la competencia electoral podrá ser por fin justa".
Para Krauze lo más "descorazonador" de la era Chávez es el "odio que ha ido sembrando". ¿Y no existía ya antes de Chávez? "No hasta ese punto. Él lo ha potenciado. Cuando en España se habla de crispación entre los seguidores de Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, yo me río. Lo de Venezuela sí que es crispación. Aquello recuerda a la España de los años treinta. Es un milagro que los venezolanos no se estén matando por sus ideas".
Francisco Peregil (El País, 14.11.08)
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