
jueves, 12 de febrero de 2009
Delirio de poder

lunes, 15 de diciembre de 2008
El poder y el delirio

De manera que cuando el comandante Chávez sube al poder, en 1998, ungido por los votos de los electores venezolanos, está lejos de ser un improvisado. Va a poner en práctica un proyecto político y social que irá puliendo y radicalizando desde el gobierno, pero que ya le rondaba la cabeza desde su juventud. Ésta es también una tesis que hace suya el ex presidente boliviano Jorge Quiroga, para quien Chávez es un astuto estratega que, detrás de sus extremos histriónicos, va edificando sin prisa ni pausa y a golpes de chequera -de petrochequera- un imperio continental estatista, totalitario y caudillista. Este proyecto, dice Krauze, aunque se promueve a sí mismo con una retórica revolucionaria y marxista, tiene, por su componente militarista, vertical y sobre todo el culto irracional del héroe, una entraña fascista, y su semejanza mayor, en América Latina, son Perón y el peronismo.
lunes, 1 de diciembre de 2008
El poder y el delirio

Chávez es una invención literaria de si mismo
"Chávez es una invención literaria de sí mismo. Es un gran fabulador y se inventó como un gran bolivariano (...) Es el intérprete y la encarnación de Bolívar. Si Bolívar viviera en este tiempo votaría por Chávez", consideró Krauze.

El poder delirante de Hugo Chávez

La obra es producto de nueve meses de trabajo, iniciados en un nada lejano 2 de diciembre de 2007. Krauze viaja a Caracas y observa la respuesta de la gran mayoría de los venezolanos a la reforma de la Constitución propuesta por Chávez. Habría de seguir una serie de encuentros con grupos de oposición a través de diversos representantes (empresarios, analistas, clérigos, periodistas, profesores, ex militarles, ex funcionarios, politólogos y escritores), retornando a México con una clara idea de “tomarse a Chávez muy en serio”, tal como lo relató ayer el autor en el Salón 1 de la sede de la vigésima segunda edición de la Feria Internacional del Libro.
Afirmaron que la llegada al poder del “chavismo” no fue producto de la casualidad, sino una serie de condicionantes políticas, sociales, económicas y culturales que fueron caldo de cultivo para permear una frágil y mal resguardada democracia en los años previos a la ascensión del actual jefe del ejecutivo venezolano.
Krauze expresó que “cuando no se cuida una democracia, de inmediato surgirá un caudillo”. Al retomar la palabra el politólogo venezolano no auguró un futuro halagador para su país, haciendo mención a factores como la caída de los precios del petróleo, la pérdida de credibilidad en la propia figura del mandatario venezolano, el ascendente descontento hacia las políticas públicas establecidas en el país sudamericano. Petkoff afirmó: “Todas las opciones serán costosas”. El objetivo del libro El poder y el delirio es ayudar a comprender la situación venezolana en un nuevo mapa geopolítico, del cual es imposible eximir a los demás actores latinoamericanos.El escritor mexicano pone sobre la mesa la figura de un Chávez que, a pesar de toda la parafernalia y el perfil histriónico que lo rodea, es un ser “frío y calculador”, dejando al lado facetas ya gastadas como la de “un agitador y rebelde anacrónico”. Krauze muestra en su obra a un Hugo Chávez apuntalado por un “mesianismo bolivariano” con toques tergiversados de socialismo.
martes, 18 de noviembre de 2008
Chávez representa el abuso de la historia para fines de poder

Básicamente Hugo Chávez se apoya en Benito Juárez, en Bolívar, incluso en la mesa del Gabinete hay una silla vacía.
Eso se dice, es una leyenda. Parece que tuviera un contacto directo como espiritista con Bolívar.
Lo ha dicho, él es su representante en el siglo XXI, el nuevo Bolívar.
El uso de la historia consiste en cosas como ésta. Bolívar era un ilustrado del Siglo XVIII, un republicano, un hombre que luchaba por la libertad y su idea era una federación de Repúblicas.Hugo Chávez toma y saca de contexto declaraciones, palabras de ese gran escritor, que además de todo fue Bolívar. Por ejemplo, cuando Bolívar habla de lo lamentable que es el "espíritu de partidos", decir esto a principios del Siglo XIX, significaba que había mucho encono entre las personas. Chávez lo que dice es: "Ya ven ustedes, los partidos políticos de Venezuela no deben de existir, porque ya lo decía Bolívar".Cuando Bolívar vivió y murió, ya la idea estaba en el aire. Entonces, eso es hoy un abuso. El uso de la religión, el uso de la fe popular, el uso de las más entrañables creencias de la gente, el uso del gran héroe, que es Bolívar, el uso de todo eso ¿para qué? Bueno, para la concentración del poder.También yo en mi libro entrevisté a muchos chavistas de alto nivel, ministros, ex ministros, intelectuales, académicos, es un libro que es un libro ponderado, crítico, pero es un libro respetuoso; yo no lo considero un bufón, yo creo que es una persona que hay que tomar muy enserio.
Joaquín López Dóriga (en Grupo Fórmula, 18.11.08)
Siempre está latente la sombra del caudillo

Krauze afirma que la lección más importante que le dejó la realización del libro El poder y el delirio (Tusquets, 2008), es que las democracias se pierden, como se perdió la de Venezuela en los años 90 tras la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia.
"He aprendido una lección que me parece invaluable, y es el modo en que Venezuela perdió esa democracia liberal que les costó tanto trabajo construir. Se desvirtuó con la llegada de un líder carismático que, aunque ha ido ganando las elecciones en los últimos años, también ha ido restringiendo las libertades y concentrando el poder de tal manera que se va asfixiando la democracia.
"La democracia venezolana se suicidó porque sus élites rectoras, empresariales, mediáticas, políticas, intelectuales, culturales, sindicales, la dejaron morir. Todas estas cosas son lecciones de lo que en México no debemos permitir".
¿Hay en México algún peligro para la democracia?
Está el tema del riesgo del narcopoder; que haya una infiltración mucho mayor en los procesos electorales es algo en lo que el IFE y los partidos tienen que estar muy atentos. Ese es un peligro real, estaríamos corriendo un riesgo muy grande de desvirtuar la democracia por la vía del narcopoder.
¿Tampoco están dadas las condiciones para el surgimiento de un caudillo como Chávez?
Estuvieron dadas y ese caudillo surgió, ahí está, y pueden surgir otros caudillos. Siempre está latente en nuestros países la sombra del caudillo. Nuestros países nacieron de un orden monárquico; cuando se hunde el trasatlántico español y surgen las repúblicas latinoamericanas, se proponen ser repúblicas democráticas liberales, con el ideal republicano clásico, pero no lo logran porque las sociedades mismas no son republicanas. Nos ha llevado dos siglos, pero entre golpes de Estado, revoluciones y caudillos, a trompicones, algunos países han ido consolidando sus democracias. En México nunca ha dejado de haber caudillos, pero el caudillismo digamos que se institucionalizó con la Presidencia del PRI, era una especie de caudillo que cada seis años tenía que bajarse de la silla. El carisma no estaba tanto en la persona del Presidente, sino en la institución presidencial.
Las ocho de la mañana. Ya nos amaneció, pero tenemos que saber administrar y planear bien el día y no confiarnos.
Los estudiantes en Venezuela han jugado un papel muy importante en diversos momentos, el más reciente en diciembre del año pasado. ¿Qué papel tienen los estudiantes en México?
Los estudiantes mexicanos son un sector muy consentido que no tiene idea de lo que significa perder la democracia y la libertad, y entonces, o están entregados a una especie de hedonismo más o menos adolescente, o son adolescentes fósiles o en algunos casos siguen con la ensoñación revolucionaria, no de tomar ellos las armas, pero sí admirando a figuras de la mitología revolucionaria, sin darse cuenta y sin conocer de verdad lo que esas historias implicaron. Los estudiantes venezolanos han madurado tan rápido porque vivir el peligro de una sociedad totalitaria moviliza a los jóvenes, es como quitarles el futuro. En México, la misma suavidad de la transición democrática ha vuelto perezosos y algo irresponsables y hedonistas a nuestros jóvenes.
¿Y eso no se convierte en un riesgo?
Claro que sí, porque ¿dónde están los nuevos liderazgos políticos?, eso sí debería preocupar a los partidos, que no están atrayendo a los jóvenes, porque no hay una oferta para ellos. Es difícil que la juventud mexicana entienda a fondo lo que es la democracia liberal y espero que no tenga que llegar el momento en que perdamos la democracia liberal para que despierten.
¿Presentará el libro en Venezuela?
He querido que mi presencia en Venezuela sea a través del libro, de mis ideas plasmadas en el libro; la presencia personal mía quizá pueda ser interpretada como un acto de protagonismo inadmisible.
Karla Garduño (Reforma, 18.11.08)