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domingo, 16 de noviembre de 2008

Los peligros antidemocráticos

Porque la Italia de Mussolini, así como la Alemania de Hitler, como la Rusia de Stalin, o la Yugoslavia de Josip Broz Tito, en su momento aparecieron bajo promesas socialistas engañando descaradamente a sus naciones por la gran pobreza. Cosa parecidísima con este milico de turno y sus genuflexos de oficio. Pero si, socialismo para los boliburgueses de las camionetotas, Gringas, gringas, todas ellas por cierto. O los maletinzazos con bastantes dólares, gringos, gringos. ¿entonces? La revolución se alimenta de los dólares del popular imperio, y por supuesto del capitalismo.

Los peligros antidemocráticos continúan presente, y hoy más que nunca bajo una izquierda peregrina, vemos cómo el discurso disfrazado y sobre todo muy televisado, se mantenga una relación netamente instrumental con la democracia en el país.

Salir a votar, votar con conciencia y sobre todo, votar con paciencia para defenestrar el desquiciado socialismo del siglo XXI, como muy pertinentemente lo han llamado intelectuales como Fernando Mires en recientes publicaciones, o como lo ha venido advirtiendo Enrique Krauze, Mario Vargas Llosa, Álvaro Vargas Llosa, Fernando Rodríguez, Teodoro Petkoff, Alfredo Ramos Jiménez, Plinio Apuleyo Mendoza, Manuel Caballero entre otros intelectuales que se me escapan los nombres.

Los venezolanos estamos demostrando que queremos votar, porque, en los últimos sondeos a nivel nacional están reflejando que más del 80 % de los ciudadanos quieren participar en la venideras elecciones. Por ello, los discursos del presidente son tan incendiarios, simplemente se sabe derrotado, en por lo menos seis gobernaciones y muchas tantas alcaldías de importancia, y precisamente por eso debemos votar para comenzar a conquistar los espacios de poder y comenzar de nuevo a refundar el Estado venezolano.


Francisco Roberto García Samaniego (Analítica.com, Caracas, 15.11.08)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La amenaza como estrategia electoral

Hugo Chávez ha vuelto a la carga. El presidente venezolano recordó el martes a los partidos de la oposición que compiten en las elecciones regionales del próximo 23 de noviembre que la suya "es una revolución que está armada" y que "el pueblo está dispuesto a defender el proceso revolucionario". El domingo había amenazado con apelar a los tanques de guerra si los electores dan el triunfo a "la oligarquía" en el Estado de Carabobo. Ese mismo día ordenó la toma militar de un aeropuerto en el Estado de Sucre, gobernado por el disidente del chavismo Ramón Martínez, a quien calificó de "asqueroso traidor". Y 15 días antes, el 9 de noviembre, había dicho que recurriría a un "plan militar" si la oposición, representada por "ese desgraciado" de Manuel Rosales, era reelegida en el Estado de Zulia. También ha dicho que llevará a la cárcel a Rosales y a Martínez, por "corruptos" y "conspiradores".
       Las amenazas con tanques, fusiles y cárcel, y la descalificación del adversario son las armas políticas que más ha empleado Chávez desde que se unió a la campaña por los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las elecciones regionales. El centro de la diana han sido fundamentalmente las plazas electorales donde los partidos opositores o disidentes del chavismo controlan el poder o tienen opción de obtenerlo: Zulia y Nueva Esparta, los únicos Estados gobernados por la oposición tradicional de los 24 que conforman el país, y Sucre, Guárico y Carabobo, gobernados por antiguos aliados del oficialismo.

La ofensiva presidencial comenzó a principios de octubre, en medio de denuncias de un presunto plan de magnicidio efectuadas por el PSUV, en las que Chávez ha involucrado alternativamente a los gobernadores opositores. Por esa época advirtió que no enviaría recursos de la renta petrolera a aquellos Estados donde triunfara "la contrarrevolución", ya que el dinero podría ser empleado en conspiraciones para derrocarlo.

       A dos semanas de las elecciones, los efectos de esta confrontación ya comienzan a sentirse. Aunque las encuestas reflejan que los insultos de Chávez han fortalecido a sus adversarios en Estados tradicionalmente opositores como Zulia y Nueva Esparta, también muestran que este discurso comienza a surtir efectos favorables al oficialismo en sectores donde el chavismo se había atomizado. Según el analista Luis Vicente León, director de la firma encuestadora Datanálisis, el presidente Chávez ha escogido la estrategia de dividir el país para convertir las elecciones regionales en una suerte de plebiscito en el que se juega su permanencia en el poder, para apelar a la unidad de la disidencia. "Rosales representa a la oposición en genérico y al atacar a Martínez le dice a los chavistas que no se confundan, que votar por los disidentes es votar contra Chávez. El impacto que ha logrado con esto es malo en Zulia y en Sucre, por ejemplo. Pero en otros Estados como Táchira, Mérida, Miranda, Cojedes, Guárico y Barinas ha logrado acortar la distancia a favor de sus candidatos".

Maye Primera (El País, 12.11.08)