Mostrando entradas con la etiqueta Oposición. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Oposición. Mostrar todas las entradas

martes, 24 de febrero de 2009

Perpetuidad acotada

"Este soldado del pueblo es ya candidato a la Presidencia en el 2012", dijo Hugo Chávez ante una multitud extasiada, agregando que lo será "hasta que Dios quiera".
Dios no opina mucho sobre estas cosas, pero es probable que Chávez, cuya energía es sobrehumana, esté considerando abandonar el poder en 2041, a los 87 años de edad. Quizá entonces será el momento de abrir paso a nuevas generaciones.El referéndum de la perpetuidad llevado a cabo el 15 de febrero en Venezuela fue enteramente inequitativo. De un lado estaba la oposición, sin recursos económicos (en Venezuela los partidos no cuentan con fondos públicos) y exhausta tras años de intensas protestas. Del otro estaba Chávez, con todo el poder económico y propagandístico del Estado y cientos de miles de funcionarios trabajando ilegalmente por su causa.
Habiendo cerrado, acosado o multado a los pocos medios que se le han opuesto, Chávez utilizó la impresionante red mediática que ha montado (300 estaciones de radio, periódicos subsidiados, cinco canales de televisión sólo en la capital), dedicándola día y noche a la propaganda de su imprescindible y ubicua persona. A la oposición, vetada y calumniada en los medios oficiales, sólo le quedaba una televisora abierta y otra de cable (que Chávez, con toda probabilidad, cerrará muy pronto).Por otra parte, no faltaron los actos de fuerza e intimidación. A sabiendas del creciente antagonismo de la juventud hacia Chávez, se impidió el empadronamiento de más de 300 mil estudiantes. Empleados públicos repartían los volantes a favor de la reelección indefinida: "Chávez nos ama, y amor con amor se paga". La oferta ya no era la economía ni la justicia social, era "el amor". Y prendió: "Yo voto por lo que él diga", dijo el día de la votación una chavista de barrio popular. "Que cambie toda la Constitución si quiere. Él ama a todas las personas, nos da muchas providencias. Y bueno, sí, es mi Dios, y qué". Finalmente, el hombre elevado a deidad alcanzó su propósito. Pero, ¿podrá gobernar de aquí a la eternidad?El primer límite será económico. En el 2009 el ingreso por exportaciones de petróleo puede ser menos de un tercio del de 2008. El gobierno podrá posponer por unos meses la inevitable reducción del gasto haciendo uso de las reservas internacionales, pero la magnitud de la caída hará inevitable la reducción significativa del gasto. La población verá mermar su ingreso personal, erosionado por una inflación galopante.
Una posible salida sería la reanimación del aparato productivo. Pero Venezuela ya no cuenta con ese polo dinámico de crecimiento. Se hizo dependiente como nunca antes de un ingreso que se creyó inagotable. Los empleados públicos y los perceptores de transferencias directas a través de las "misiones" sufrirán la caída de su capacidad de compra. La base clientelar perderá su asidero. Las fidelidades se mantendrán por razones ideológicas o por el temor de la gente a perder lo poco que tiene.Lo mismo ocurrirá, probablemente, en el plano internacional: aliados de ocasión, ganados por dádivas multimillonarias, se distanciarán de Chávez en la medida que pierda la capacidad de regalar dinero.El segundo límite estará en la oposición. Hay una sociedad civil activa y vibrante en Venezuela. Por Chávez votaron 6.3 millones de personas (entre simpatizantes, devotos y clientes), contra Chávez votaron 5.2 millones (cifra récord). Más de cinco millones se abstuvieron. La oposición se integra por un amplio abanico social: obreros, amas de casa, líderes sindicales, pequeños y medianos empresarios, intelectuales, académicos, artistas, escritores, sacerdotes, periodistas y un sector muy considerable de gente pobre. Los estudiantes, en particular, han sido la vanguardia de esta lucha. Para ellos es impensable un Chávez gobernando a sus hijos y nietos.
El tercer factor que puede poner límites a Chávez es la geopolítica regional. Días antes del referéndum del 15 de febrero, Fidel Castro -el "padre de Chávez"- lo comparó con Bolívar. Pero Raúl, el "tío" de Chávez, puede no estar de acuerdo con esa interpretación heroica de su "sobrino". Un acercamiento de Cuba con la izquierda moderada de Brasil y Chile y el deshielo de las relaciones con Estados Unidos (incluido, por supuesto, el urgente levantamiento del embargo) aislaría a Chávez. Su discurso, en esas circunstancias, parecerá cada vez más solipsista y anacrónico.
La combinación de esos tres factores afectará a Chávez en el 2009 y condicionará los importantes comicios legislativos del 2010. Si la oposición no pierde el temple, en esa fecha podrá conquistar una representación importante y a partir de ella fiscalizar al gobierno, minando su credibilidad para el 2012. Ese desvanecimiento paulatino y pacífico es el escenario mejor para salir de la grotesca monocracia que padece aquel país. Pero por desgracia hay otro factor que podría acabar con Chávez de mala manera: su propia "Hybris".Ante la crisis económica, la presión opositora y el marco geopolítico adverso, ¿endurecerá su política y radicalizará sus posiciones o hará un llamado a la concordia? Lo más probable es que, en sentido contrario a Cuba (que comenzará a orientarse hacia un modelo chino), Chávez caminará hacia una reedición del caduco modelo cubano, con Irán jugando el papel de Rusia. Si Bolívar fue el héroe del siglo 19 y Castro del 20, Chávez buscará ese mismo sitio para el siglo 21. Ése es el delirio que lo mueve. En ese caso, llevará la crispación hasta el límite. Y Venezuela, como tantas veces en su historia, podría precipitarse en la violencia.
Enrique Krauze (Reforma, 22 de febrero de 2009)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La amenaza como estrategia electoral

Hugo Chávez ha vuelto a la carga. El presidente venezolano recordó el martes a los partidos de la oposición que compiten en las elecciones regionales del próximo 23 de noviembre que la suya "es una revolución que está armada" y que "el pueblo está dispuesto a defender el proceso revolucionario". El domingo había amenazado con apelar a los tanques de guerra si los electores dan el triunfo a "la oligarquía" en el Estado de Carabobo. Ese mismo día ordenó la toma militar de un aeropuerto en el Estado de Sucre, gobernado por el disidente del chavismo Ramón Martínez, a quien calificó de "asqueroso traidor". Y 15 días antes, el 9 de noviembre, había dicho que recurriría a un "plan militar" si la oposición, representada por "ese desgraciado" de Manuel Rosales, era reelegida en el Estado de Zulia. También ha dicho que llevará a la cárcel a Rosales y a Martínez, por "corruptos" y "conspiradores".
       Las amenazas con tanques, fusiles y cárcel, y la descalificación del adversario son las armas políticas que más ha empleado Chávez desde que se unió a la campaña por los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las elecciones regionales. El centro de la diana han sido fundamentalmente las plazas electorales donde los partidos opositores o disidentes del chavismo controlan el poder o tienen opción de obtenerlo: Zulia y Nueva Esparta, los únicos Estados gobernados por la oposición tradicional de los 24 que conforman el país, y Sucre, Guárico y Carabobo, gobernados por antiguos aliados del oficialismo.

La ofensiva presidencial comenzó a principios de octubre, en medio de denuncias de un presunto plan de magnicidio efectuadas por el PSUV, en las que Chávez ha involucrado alternativamente a los gobernadores opositores. Por esa época advirtió que no enviaría recursos de la renta petrolera a aquellos Estados donde triunfara "la contrarrevolución", ya que el dinero podría ser empleado en conspiraciones para derrocarlo.

       A dos semanas de las elecciones, los efectos de esta confrontación ya comienzan a sentirse. Aunque las encuestas reflejan que los insultos de Chávez han fortalecido a sus adversarios en Estados tradicionalmente opositores como Zulia y Nueva Esparta, también muestran que este discurso comienza a surtir efectos favorables al oficialismo en sectores donde el chavismo se había atomizado. Según el analista Luis Vicente León, director de la firma encuestadora Datanálisis, el presidente Chávez ha escogido la estrategia de dividir el país para convertir las elecciones regionales en una suerte de plebiscito en el que se juega su permanencia en el poder, para apelar a la unidad de la disidencia. "Rosales representa a la oposición en genérico y al atacar a Martínez le dice a los chavistas que no se confundan, que votar por los disidentes es votar contra Chávez. El impacto que ha logrado con esto es malo en Zulia y en Sucre, por ejemplo. Pero en otros Estados como Táchira, Mérida, Miranda, Cojedes, Guárico y Barinas ha logrado acortar la distancia a favor de sus candidatos".

Maye Primera (El País, 12.11.08)