martes, 24 de febrero de 2009

Perpetuidad acotada

"Este soldado del pueblo es ya candidato a la Presidencia en el 2012", dijo Hugo Chávez ante una multitud extasiada, agregando que lo será "hasta que Dios quiera".
Dios no opina mucho sobre estas cosas, pero es probable que Chávez, cuya energía es sobrehumana, esté considerando abandonar el poder en 2041, a los 87 años de edad. Quizá entonces será el momento de abrir paso a nuevas generaciones.El referéndum de la perpetuidad llevado a cabo el 15 de febrero en Venezuela fue enteramente inequitativo. De un lado estaba la oposición, sin recursos económicos (en Venezuela los partidos no cuentan con fondos públicos) y exhausta tras años de intensas protestas. Del otro estaba Chávez, con todo el poder económico y propagandístico del Estado y cientos de miles de funcionarios trabajando ilegalmente por su causa.
Habiendo cerrado, acosado o multado a los pocos medios que se le han opuesto, Chávez utilizó la impresionante red mediática que ha montado (300 estaciones de radio, periódicos subsidiados, cinco canales de televisión sólo en la capital), dedicándola día y noche a la propaganda de su imprescindible y ubicua persona. A la oposición, vetada y calumniada en los medios oficiales, sólo le quedaba una televisora abierta y otra de cable (que Chávez, con toda probabilidad, cerrará muy pronto).Por otra parte, no faltaron los actos de fuerza e intimidación. A sabiendas del creciente antagonismo de la juventud hacia Chávez, se impidió el empadronamiento de más de 300 mil estudiantes. Empleados públicos repartían los volantes a favor de la reelección indefinida: "Chávez nos ama, y amor con amor se paga". La oferta ya no era la economía ni la justicia social, era "el amor". Y prendió: "Yo voto por lo que él diga", dijo el día de la votación una chavista de barrio popular. "Que cambie toda la Constitución si quiere. Él ama a todas las personas, nos da muchas providencias. Y bueno, sí, es mi Dios, y qué". Finalmente, el hombre elevado a deidad alcanzó su propósito. Pero, ¿podrá gobernar de aquí a la eternidad?El primer límite será económico. En el 2009 el ingreso por exportaciones de petróleo puede ser menos de un tercio del de 2008. El gobierno podrá posponer por unos meses la inevitable reducción del gasto haciendo uso de las reservas internacionales, pero la magnitud de la caída hará inevitable la reducción significativa del gasto. La población verá mermar su ingreso personal, erosionado por una inflación galopante.
Una posible salida sería la reanimación del aparato productivo. Pero Venezuela ya no cuenta con ese polo dinámico de crecimiento. Se hizo dependiente como nunca antes de un ingreso que se creyó inagotable. Los empleados públicos y los perceptores de transferencias directas a través de las "misiones" sufrirán la caída de su capacidad de compra. La base clientelar perderá su asidero. Las fidelidades se mantendrán por razones ideológicas o por el temor de la gente a perder lo poco que tiene.Lo mismo ocurrirá, probablemente, en el plano internacional: aliados de ocasión, ganados por dádivas multimillonarias, se distanciarán de Chávez en la medida que pierda la capacidad de regalar dinero.El segundo límite estará en la oposición. Hay una sociedad civil activa y vibrante en Venezuela. Por Chávez votaron 6.3 millones de personas (entre simpatizantes, devotos y clientes), contra Chávez votaron 5.2 millones (cifra récord). Más de cinco millones se abstuvieron. La oposición se integra por un amplio abanico social: obreros, amas de casa, líderes sindicales, pequeños y medianos empresarios, intelectuales, académicos, artistas, escritores, sacerdotes, periodistas y un sector muy considerable de gente pobre. Los estudiantes, en particular, han sido la vanguardia de esta lucha. Para ellos es impensable un Chávez gobernando a sus hijos y nietos.
El tercer factor que puede poner límites a Chávez es la geopolítica regional. Días antes del referéndum del 15 de febrero, Fidel Castro -el "padre de Chávez"- lo comparó con Bolívar. Pero Raúl, el "tío" de Chávez, puede no estar de acuerdo con esa interpretación heroica de su "sobrino". Un acercamiento de Cuba con la izquierda moderada de Brasil y Chile y el deshielo de las relaciones con Estados Unidos (incluido, por supuesto, el urgente levantamiento del embargo) aislaría a Chávez. Su discurso, en esas circunstancias, parecerá cada vez más solipsista y anacrónico.
La combinación de esos tres factores afectará a Chávez en el 2009 y condicionará los importantes comicios legislativos del 2010. Si la oposición no pierde el temple, en esa fecha podrá conquistar una representación importante y a partir de ella fiscalizar al gobierno, minando su credibilidad para el 2012. Ese desvanecimiento paulatino y pacífico es el escenario mejor para salir de la grotesca monocracia que padece aquel país. Pero por desgracia hay otro factor que podría acabar con Chávez de mala manera: su propia "Hybris".Ante la crisis económica, la presión opositora y el marco geopolítico adverso, ¿endurecerá su política y radicalizará sus posiciones o hará un llamado a la concordia? Lo más probable es que, en sentido contrario a Cuba (que comenzará a orientarse hacia un modelo chino), Chávez caminará hacia una reedición del caduco modelo cubano, con Irán jugando el papel de Rusia. Si Bolívar fue el héroe del siglo 19 y Castro del 20, Chávez buscará ese mismo sitio para el siglo 21. Ése es el delirio que lo mueve. En ese caso, llevará la crispación hasta el límite. Y Venezuela, como tantas veces en su historia, podría precipitarse en la violencia.
Enrique Krauze (Reforma, 22 de febrero de 2009)

jueves, 19 de febrero de 2009

De Caracas a la eternidad

No ha habido necesidad de una tercera intentona. A la segunda, Hugo Chávez ha conseguido perpetuarse en el poder, después de que en el 2007 los venezolanos le negaran esta eternidad política en otro referéndum. Entre aquella consulta y la de este domingo, Chávez había hecho aprobar en el Parlamento, por medio de una serie de leyes habilitantes, las enmiendas a la Constitución que entonces le habían negado los votantes. Faltaba solo el rebozo plebiscitario para su continuidad al frente del país y eso es lo que ahora le han otorgado la mayoría de los votantes.

En varias ocasiones Chávez, que llegó al poder en enero de 1998 tras ganar unas elecciones democráticas, había puesto fecha a su retirada del palacio de Miraflores. Hablaba del 2021, año de celebración de la mayor victoria de Bolívar contra la potencia colonial que era España. Pero en otras, también había dicho que su revolución bolivariana necesitaba otro cuarto de siglo para consolidarse. "Sí, yo había dicho que me retiraba el 2021. ¡Pero no!, he corregido la fecha, hay que seguir hasta el 2030", ya había advertido en el 2005 durante una ceremonia en el Panteón Nacional.
Ahora tiene este mandato popular y populista, pero al comandante no le va a ser fácil pilotar su revolución en medio de la crisis económica. Como es bien sabido, conjurarla anunciando: "No estamos ni estaremos en recesión", como declaró Chávez hace menos de un mes en el Parlamento como si fuera un detente, bala, de nada sirve.
La economía de Venezuela gira en torno al monocultivo del petróleo. Si en julio del pasado año el precio de barril estaba en los 126 dólares y había alcanzado hasta los 150, hoy el precio del crudo está alrededor de los 40, con una demanda que va a la baja, y los expertos no prevén grandes cambios a la vista. Algún reajuste importante deberá hacer Chávez teniendo en cuenta que más de la mitad de los presupuestos del Estado se financian con las rentas del petróleo. Los de este año están calculados en base a los 60 dólares el precio del barril. "Pónganme el precio del petróleo a cero y en Venezuela no habrá crisis", había declarado a principios de enero en una demostración de máxima irresponsabilidad que solo se puede entender en el todo vale de una campaña plebiscitaria.
Otro dato importante de los riesgos económicos que corre Venezuela lo da la inflación con una de las mayores tasas de América Latina. El pasado año, alcanzó casi el 31% y las previsiones para este año la sitúan en el 40%, mientras crece la pobreza.
A su favor, Chávez cuenta con dos factores importantes. El primero es una oposición débil que no consigue aparecer como una alternativa viable al socialismo chavista. El otro está en el peso de la historia del país. Lo resume el historiador Manuel Caballero en su libro La gestación de Hugo Chávez (Catarata): "El venezolano es el receptor secular de una tradición de autoritarismo y más que eso, de paternalismo. Ha sido acostumbrado por sus gobiernos (y en esto no hay prácticamente diferencia entre democráticos y autoritarios) a recibirlo y a esperarlo todo del Estado; y, por lo tanto, no puede menos que acoger con entusiasmo a quien se presente como padre benefactor y sobre todo distribuidor de una "riqueza natural" no producida, esto es, recibida sin esfuerzo".
La última versión del padre protector y abnegado --"Me consumo y me consumiré gustosamente al servicio del hombre sufriente, de la mujer sufriente, del pueblo sufriente", ha declarado al anunciar los resultados del referéndum--, esta figura, pues, tiene carta blanca sin fecha de caducidad para desarrollar su revolución y profundizar la instauración de un régimen bolivariano cuya mayor paradoja, como señala el historiador y ensayista mexicano Enrique Krauze en El poder y el delirio (Tusquets) "es el intento subyacente de restituir el orden político absoluto contra el que luchó el libertador", el de los borbones españoles de hace 200 años.
Rosa Massague (El periódico.com, España, 16.Feb.09)

Gana Chávez pero avanza la oposición

El triunfo del presidente venezolano Hugo Chávez en el referendo reeleccionista es "una victoria relativa porque avanzó la oposición", consideró el especialista Enrique Krauze.

En un análisis para un programa radiofónico, Krauze señaló que esta oposición se está articulando porque es conciente de que tiene que ir avanzando. Son 5 millones de personas que deben tener paciencia.
"Hay otro elemento complicado para Chávez que es la crisis económica, la caída de producción por problemas estructurales después de que corrió a 22 mil", sostuvo el escritor.
Además, aseguró que "el peor enemigo de Chávez es él mismo porque está en una carrera enloquecida hacia el poder total pues el límite es Dios y la inmortalidad".
En XEW Radio (18.Feb.09)

jueves, 12 de febrero de 2009

Responde Krauze a Fazio

En el texto que dedica a mi libro El poder y el delirio, Carlos Fazio dice que digo lo que no digo, dice que omito lo que no omito y me hace cargos muy graves que no prueba.

Si en verdad hubiera leído y no hojeado El poder y el delirio, Carlos Fazio vería que no equiparo al chavismo con el nazismo, ni con el estalinismo; vería que no niego la “miseria y desolación de la Venezuela prechavista”.

El poder y el delirio es respetuoso en tono y contenido. Da voz a personajes relevantes del chavismo. Yo no satanizo a Chávez, reconozco la vocación social de su régimen, pero deploro sus evidentes afanes monocráticos, ¿dónde está la contradicción? En la mente maniquea de Fazio, no en los matices de mi libro.

Mi posición crítica ante Chávez coincide con la de Teodoro Petkoff, impecable representante de la izquierda liberal latinoamericana. Si yo soy un “conservador”, un “golpista suave” y un “conspirador”, entonces Petkoff, punto por punto, lo es también.
Mientras la izquierda mexicana no dialogue con el pensamiento liberal seguirá condenada a su intolerante solipsismo.
Enrique Krauze (La Jornada, 11.Feb.09)

Krauze y la trama oculta

En su crónica “Viaje a Caracas” (Letras libres, noviembre 2008), Enrique Krauze cuenta que llegó a Venezuela un día después de la derrota de Hugo Chávez en el referendo del 2 de diciembre de 2007, conoció la situación y a su regreso a México se puso a responder “quién es, de dónde salió, cómo se construyó” ese personaje. El resultado quedó plasmado en El poder y el delirio (Tusquets, 2008). La crónica y el texto “El eterno retorno de lo mismo: crítica histórica” (capítulo VIII del libro), sumados a conferencias y respuestas periodísticas del autor, dan una idea acabada de la Venezuela y del Hugo Chávez de Enrique Krauze.

Historiador “maduro”, creador de la añeja frase “democracia sin adjetivos”, nuestro maître penseur critica el “vocabulario binario” del hombre de Miraflores y se despacha sin ambages. Veamos.
Venezuela: dictadura aderezada con petróleo, régimen con concentración absoluta del poder, país totalitario, democracia sin partidos políticos, autocracia electa con formas democráticas, metrópoli de un imperialismo con virreyes petrocomprados. Chávez: monarca absoluto, caudillo populista, mesías carismático, delirante, televangelista político, ayatolá de lo divino y de lo humano, corrupto, encarnación de Mussolini, Hitler, Stalin, Fidel…
Hasta ahí nada nuevo. Krauze repite la matriz de opinión de la guerra mediática contra Chávez y su satanización. Es decir, la propaganda, las maquinaciones ideológicas y los estereotipos generados por la comunidad de inteligencia en Washington, con eje en la categoría “populismo radical” acuñada por el Pentágono, que recogen las megacorporaciones mediáticas y que el autor fue absorbiendo, o reforzando, en los cenáculos organizados por la administración de Bush en Estonia, España y otros países del mundo libre. Una de sus fuentes, Ignacio Ávalos, antichavista, escribió en El Nacional que el libro “parece redactado por la más clásica oposición”. Otra, José Vicente Rangel, se quejó de que la entrevista que le hizo Krauze terminó en “una vulgar manipulación para un libro de encargo”.
Ante la realidad evidente, como perlas perdidas en ese mar de horrores, nuestro fabricante de historias admite que Chávez es un genio político de largo aliento; que no es cruel ni sanguinario; que tiene carisma y vocación social, y que en la Venezuela actual nadie ha sido muerto por ideas ni creencias (desde el lado oficial, cabe acotar), la libertad religiosa continúa y la educación católica funciona. ¡Ah caray! ¿Entonces, en qué quedamos? ¿No que el tal Chávez era un Hitler/Mussolini/Stalin redomado? Pero habría que añadir, también, que en el “totalitarismo” chavista no hay un solo preso político, desaparecido, ejecutado, ni una radiodifusora, televisión o diario clausurado, o periodista censurado. Eso para Krauze es prescindible.
Junto a esos silencios, producto de una selección parcial y la manipulación de datos, Krauze omite otros factores que resultan significativos. Aparte de lo que Hegel llamó la “papilla del corazón”, que oculta la realidad de miseria y desolación de la Venezuela prechavista, y del humanitarismo falsamente sublime de algunas de sus fuentes: el candoroso padre Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB); el memorioso obispo de Mérida, Baltazar Porras; el modélico Teodoro Petkoff, prototipo de la “izquierda democrática y liberal moderna” que quiere la derecha, y el estudiante blindado, Yon Goicochea, nuestro conservador ilustrado nos priva de información clave. No dice, por ejemplo, si fue una simple ocurrencia, que envuelto en la euforia antichavista de sus amigos de El Nacional, durante su primer viaje a Caracas, sugiriera él mismo crear el Movimiento 2 de Diciembre Democracia y Libertad. Según consigna Antonio Sánchez García, quien asistió al desayuno criollo en lo de Simón Alberto Consalvi, la propuesta de Krauze “no cayó en saco roto”. ¿Organizador activista transfronterizo nuestro intelectual empresario?
Otra cuestión llama la atención: cuando habla de Yon Goicochea y los estudiantes “humanistas, cívicos, reformadores, pacifistas” del padre Ugalde, el rector de la conservadora UCAB –que encarnan, dice Krauze, una esperanza de reconciliación en la Venezuela confrontada por el odio, el resentimiento y la insidia de las “turbas chavistas” y su liderazgo mesiánico–, afirma que fueron el factor clave de la “resistencia” ante el fraude que se maquinaba y el derrotismo de algunos opositores.
En el lenguaje de la ex Yugoslavia, resistencia se escribe Otpor. Y Optor fue el nombre de la organización que organizó el golpe de Estado suave contra Slobodan Milosevic, que por razones geopolíticas y geoeconómicas patrocinaron la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), la Fundación Nacional para la Democracia (NED), el Instituto Republicano Internacional que presidía John McCain y otras agencias de Washington, con apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, del partido democristiano alemán (el de la señora Merkel) y la fundación FAES, de José María Aznar. La técnica del golpe suave, aplicada por las revoluciones de colores (naranja en Ucrania, rosa en Georgia, tulipán en Kyrgyztan), estaba siendo ensayada contra Chávez con el nombre de “revolución caléndula”, en los días que Krauze estuvo en Caracas. Lo divulgó la firma texana Stratfor, la de México como Estado fallido.
Sólo que el “golpe continuado” en Venezuela, como lo llama Rangel, estaba siendo operado por Porras, Ugalde y el Opus Dei. Ellos fabricaron un movimiento estudiantil como “arma comunicacional” y “para calentar la calle”, según afirman de manera abierta los partidos del Movimiento 2D, el que bautizó Krauze. ¿Y saben qué gritaban los buenos muchachos de Goicochea, cuando pretendieron incendiar la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central, con 150 estudiantes adentro? “¡Van a morir, van a morir! ¡Los chavistas van a morir!”. ¿Libro por encargo? No sé. Pero este 15 de febrero hay otro referendo en Venezuela.
Carlos Fazio (La Jornada, 9.Feb.09)

Fidel Chávez y Hugo Castro


ES muy posible que, en otras circunstancias, la manifestación de ayer contra la sanguinaria anomalía que martiriza a Cuba desde hace cincuenta años hubiese resultado más nutrida en términos contables. No era preciso, sin embargo. En la Puerta del Sol se concentró la libertad que ni sabe de números ni se recrea en cálculos. La libertad de los que no se rinden, de los que no se amoldan, de los que no se callan. De aquellos que no tragan con un destino impuesto a través del terror y los tiros de gracia y exigen escribir el porvenir sin tener que tragarse las palabras. La libertad, en fin, en cuerpo y alma. Que no nos vengan, pues, con cuentos y con cuentas quienes, en aras de un interés espurio, ejercen de usureros de la democracia. Quienes no dicen ni mu el día en que las víctimas se echan a la calle pero se dan el pico, muá, con el tirano. En todo caso, a los mudos de rigor -de rigor mortis, claro- no se les esperaba y nadie les echó en falta. Si acaso faltó el señor Rajoy, que, al parecer, ha decidido estar a la que falta. Bien es verdad que ayer hizo un tiempo de perros y que la meteorología, tan veleta y tan atrabiliaria, esta vez iba a pachas con Pérez Rubalcaba. A cambio, la nevisca nos compensó con la presencia de las Damas de Blanco.

Medio siglo después de aquella nochevieja de Valpurgis que abismó en las tinieblas al pueblo cubano, sería muy ingenuo sostener que se derrite el plomo, que el horizonte se despeja, que se vislumbra el alba. Muy ingenuo o muy falsario. Mientras Castro agoniza en su cubil con una parsimonia despiadada, el castrismo, por contra, se consolida paso a paso. Esa siniestra enfermedad moral que ha sembrado la isla de zombis y cadáveres nunca ha estado tan cerca de perpetuarse. El perro morirá cuando llegue su hora, pero su desaparición no contendrá la rabia. Raúl es un experto matarife, un sicario obediente, un deshecho de tienta en los anales de la infamia. Es un pigmeo criminal, un actor secundario diluido en la gigantesca dimensión del drama. Raúl es sólo un ítem en el siniestro testamento de su hermano. Pero el auténtico heredero de Fidel, el encargado de culminar la pesadilla que comenzó hace cinco décadas y aún sigue desvelándonos, es, sin duda alguna, Chávez. Hugo Chávez.
En «El poder y el delirio», un libro luminoso que acaba de publicar Enrique Krauze, se describe con absoluta precisión el mecanismo a través del cual el Lenin caribeño terminará reencarnándose en una versión bolivariana del padrecito Stalin. El precio del apaño no es ningún secreto -100.000 barriles de petróleo mensuales- y la contrapartida también es meridiana: investir al caudillo petrolero de una aureola de legitimidad histórica que sólo La Revolución puede otorgarle. El socialismo del siglo XXI que el autócrata electo pretende construir a golpe de agitación en crudo, ideología al portador y propaganda refinada, ya ha empezado a dar frutos en Bolivia, en Ecuador, en Nicaragua. Que continúe progresando está subordinado al capricho de Putin y a la determinación de Obama. De cómo cada cual mueva sus fichas y de hasta dónde estén dispuestos a implicarse dependerá el futuro de las sociedades libres en un subcontinente cosido a puñaladas.
«Chávez -advierte Jorge Quiroga a Krauze- es un genio del mal que se disfraza de payaso. Con un estilo deliberadamente burdo, rocambolesco y, valga la expresión, «cantinfleado», se ha hecho el depositario de las reservas mitológicas que confluyen en la revolución cubana. El programa de cooperación bilateral que han establecido Caracas y La Habana es cuatro veces superior al que mantienen los israelíes con los norteamericanos. ¿Qué gana el caudillo petrolero? En el plano simbólico, todo. En el material, nada». Traslademos la suculenta reflexión al ámbito de España y la pregunta del millón queda en el aire: ¿Qué gana Zapatero cantinfleando con Raúl y exonerando a Chávez? ¿Qué beneficio saca halagando a los bárbaros? La civilización estaba en Sol, hacía frío, el cielo celebraba a las Damas de Blanco.
Tomás Cuesta (ABC, España, 2.Feb.09)

Venezuela se erige en actor de peso en Sudamérica

Hugo Chávez tiene una certeza y una profecía que no se cansa de anunciar. En la tribuna de la reciente cumbre del Foro Social Mundial de Belém volvió a asegurar que en América Latina “está ocurriendo una verdadera Revolución”, y que esta, a diferencia del pasado, ya no viene de la mano de “columnas guerrilleras” y busca otros caminos para lograr los “cambios estructurales”.Chávez actúa como el elegido, dispuesto a hacer realidad esa misión y presentándose como la sucesión natural y retórica de Fidel Castro. Si, a principios de los años 60, Castro anunciaba que la cordillera de los Andes se convertiría en una gran Sierra Maestra, un foco insurgente recorriendo la espina dorsal de la región, el venezolano ha buscado reavivar por otros medios, y amparado en la efigie de Simón Bolívar, la concreción de ese ideario.Chávez teje alianzas con China, Rusia e Irán. Pero es en América Latina donde centra sus esfuerzos y divide aguas con intensidad. Con su llegada al poder, acaba de decir, comenzó “la nueva época de liberación y desarrollo de los pueblos de América Latina”. “Nos toca a nosotros ser la vanguardia de ese proceso”, añadió. En febrero de 1999 llegó al palacio Miraflores como una excentricidad. Hoy, en cambio, hace sentir su prédica en Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y hasta en Argentina. La figura de Luiz Inácio Lula da Silva y el poderío de Brasil ha funcionado como un factor de equilibrio. Lula y Chávez coinciden en la necesidad de reducir la influencia de EEUU en el espacio suramericano. Pero divergen en las metodologías. En todos estos años, Chávez se peleó y se reconcilió con los presidentes colombianos Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, el mexicano Vicente Fox, el peruano Alan García y hasta la chilena Michele Bachelet. En toda la región ha reproducido las expresiones de antipatías y adulación que ha generado en Venezuela.
Unos han celebrado el “por qué no te callas” que le lanzó el rey Juan Carlos o encuentran en El poder y el delirio, el ensayo del historiador mexicano Enrique Krauze, la confirmación de sus aversiones: Chávez como un fabulador y un caudillo aventurero. Otros, en cambio, festejan sus bravatas, que diga lo que los demás no se atreven, cosas del tipo “eres un un burro, un genocida, un borracho, mister Danger”, en referencia a George Bush. IniciativasOfreció créditos, compró deudas, fomentó asociaciones estratégicas –la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA)–, incitó rupturas –la Comunidad Andina–, imaginó proyectos faraónicos –el gasoducto del sur– que se quedaron en los planos. Ha bregado por la entrada de Venezuela en el Mercosur y se ha introducido por la ventana en crisis diplomáticas ajenas, como la que llevó a la ruptura entre Colombia y Ecuador por la muerte en la frontera del común del número dos de las FARC. Chávez ha basado parte de su agenda diplomática en la fuerza de la renta petrolera venezolana. Pero, hoy por hoy, las cosas ya no son lo mismo.

Abel Gilbert (Xornal de Galicia, 3.Feb.09)

Comparto la opinión...

Comparto la opinión del excelente columnista Ignacio Avalos respecto al libro del mejicano Enrique Kraus sobre Chávez, "El poder y el delirio": "No obstante las expectativas que me había hecho -dice Avalos-, aterrizo en un libro que parece redactado por la oposición". La decepción mía fue mayor, porque Kraus utilizó una declaración que me pidió insistentemente -hasta que se la di para no parecer desatento-. Una vulgar manipulación para un libro de encargo...
José Vicente Rangel (Kaos en la red, Venezuela, 2.Feb.09)

Antisemitismo en Venezuela

Februar 2009 stimmen die Venezolaner über eine Verfassungsänderung ab, die es Präsident Hugo Chávez ermöglichen soll, für eine dritte Amtszeit (2013 bis 2019) zu kandidieren. Umfragen zeigen ein Patt zwischen Regierung und Opposition. Im Rahmen des Wahlkampfes und aus Anlass des Krieges im Gaza-Streifen betreibt die chavistische Regierung eine antiisraelische Kampagne mit antisemitischen Untertönen. Am 31. Januar 2009 wurde in Caracas die Synagoge „Tiferet Israel“ überfallen, deren Tora-Rollen entweiht, Büros und Studienräume der jüdischen Gemeinde ausgeraubt und die Wände mit antisemitischen Parolen besprüht. Die 15 bis 20 Täter waren schwer bewaffnet. Die jüdische Gemeinschaft Venezuelas umfasst heute etwa 15.000 Personen. In den letzten Jahren sind mindestens 3.000 Juden ausgewandert.
Präsident Hugo Chávez hat sich bis Redaktionsschluss dieses Berichtes nicht zu den Übergriffen geäußert. Außenminister Nicolás Maduro und Informationsminister Jesse Chacón haben das Verbrechen verurteilt. Die Polizei hat lückenlose Aufklärung zugesagt. Der Außenminister gab seine Erklärung im Rahmen eines antiisraelischen Staatsaktes ab, bei dem zwei venezolanische Diplomaten geehrt wurden, die kürzlich aus Israel ausgewiesen worden waren.
Nach den Angriffen auf den Gaza-Streifen hatte Venezuela am 6. Januar 2009 den israelischen Botschafter ausgewiesen. – Vier Monate zuvor, im Rahmen einer Wahlkampfveranstaltung, hatte Chávez die Ausweisung des amerikanischen Botschafters verkündet. – Am Gebäude des venezolanischen Parlamentes wurde die palästinensische Fahne aufgezogen. Es kam zu staatlich organisierten Protestkundgebungen mit scharfen antisemitischen Parolen. Auf einem Transparent war zu lesen: „Hitler ist schuld, weil er seine Arbeit nicht vollständig erledigt hat“. Auf eine Wand im Zentrum von Caracas wurde der Slogan gesprüht: „Juden zurück ins Ghetto“.
Präsident Chávez äußerte bereits am Heilig Abend des Jahres 2005: „Die Kapitalisten der Gegenwart, die das Volk ausbeuten, sind die Erben derer, die Jesus ermordet haben.“ Im Rahmen der Kampagne vor dem Verfassungsreferendum vom 2. Dezember 2007 wurde die jüdische Schule in Caracas durchsucht. Am 14. Januar 2009 war dieselbe Synagoge, die nun überfallen und geschändet wurde, Ziel einer Attacke mit einer Tränengasbombe, antisemitische Grafitti wurden auf der Fassade angebracht. Am 22. Januar 2009 wurde ein Rabbiner in Caracas auf offener Straße Opfer einer Morddrohung.
Unmittelbar nach den Regionalwahlen im November hatte Chávez das Verfassungsreferendum angeordnet, das ihm die unbegrenzte Wiederwahl ermöglichen soll. Er zitierte dazu immer wieder die Kernsätze einer Schrift über das Verhältnis von Volk und Führer, die von dem argentinischen Militärsoziologen Norberto Ceresole stammt. Ceresole (1943-2003) war in den Jahren 1993 bis etwa 2001 eng mit Hugo Chávez befreundet und wurde oft als dessen Berater zitiert. Er wurde durch antisemitische Schriften bekannt, in denen die Leugnung des Holocaust im Mittelpunkt steht. In einer vielbeachteten ideengeschichtlichen Analyse des Chavismus aus der Feder des mexikanischen Historiker Enrique Krauze (El Poder y el Delirio, Caracas, November 2008) wird die zentrale Bedeutung des Holocaustleugners Ceresole für das messianische Selbstverständnis des Revolutionsführers Hugo Chávez herausgearbeitet.

Die Föderation der Jüdischen Gemeinschaften Venezuelas – Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) – verurteilte die antisemitischen Ausschreitungen und macht die Regierung von Präsident Chávez dafür mitverantwortlich. In ihrer Erklärung vom 31. Januar 2009 heißt es wörtlich: „Die jüdische Gemeinschaft Venezuelas, die seit langer Zeit im Land verwurzelt ist, wendet sich an die Öffentlichkeit mit dem Ausdruck ihrer Entrüstung und ihres energischsten Protestes angesichts dieser Aggression. Sie ist Produkt des antijüdischen Klimas, das in Venezuela als Konsequenz des zum Hass anstachelnden Diskurses der Nationalen Regierung entfesselt worden ist. Die ständige Verbreitung von eindeutig antijüdischen Texten in offiziellen – sowohl gedruckten wie audiovisuellen und digitalen – Medien, hetzt diese Gefühle auf. – La comunidad judía de Venezuela, con arraigo de larga data en el país, hace pública su indignación y más enérgica protesta ante esta agresión producto del clima antijudío que se ha desatado en Venezuela como consecuencia del discurso incitador al odio del Gobierno Nacional. La continua difusión de textos claramente antijudíos en medios oficiales de comunicación, tanto escritos como audiovisuales y digitales, exacerban estos sentimientos.”
Die Katholische Bischofskonferenz verurteilte das “antireligiöse“ Verbrechen und drückte ihre Solidarität mit der jüdischen Gemeinde aus. Am 19. Januar 2009 war die Apostolische Nuntiatur in Caracas zum wiederholten Male Ziel einer Tränengasattacke, zu der sich eine chavistische Gruppe politischer Gewalttäter bekannte. Auch zahlreiche venezolanische Politiker drückten der jüdischen Gemeinschaft nun ihre Solidarität und ihre Entrüstung aus. Einige statteten der am Sabbat geschändeten Synagoge einen Besuch ab. Die Mehrzahl betonte die persönliche Mitverantwortung des Präsidenten für die Gewalttat.

Immer häufiger wird in Venezuela die Parallele zwischen der Regierung Chávez und dem Nazi-Regime gezogen. Dem liegen zum Teil stark ausgearbeitet ideengeschichtliche und herrschaftssoziologische Analysen zugrunde. Die Totalitarismuskritik im philosophischen Werk von Hannah Arendt spielt in der antichavistischen intellektuellen Szene und im deutsch-venezolanischen Kulturaustausch eine wichtige Rolle. Ihre Bücher liegen in aktuellen spanischsprachigen Ausgaben vor.
Die Verbindung zwischen der antiisraelischen Kampagne der Regierung und dem Überfall auf die Synagoge sowie zahlreichen anderen antisemitischen Übergriffen der letzten Wochen wird von verschiedenen internationalen jüdischen Organisationen und der Regierung des Staates Israel unterstrichen. Die Kommentare verschiedener venezolanischer Sonntagszeitungen vom 1. Februar stellen zudem die Verbindung zum gegenwärtigen Wahlkampf her. Sie erinnern an einen Ausspruch von Präsident Chávez vom 17. Januar. Angesichts der massenhaften Proteste der Studenten gegen seine Wiederwahl gab der Präsident in einer live übertragenen Fernsehsendung der Nationalgarde und der Polizei den Befehl, jeden Protestierer dem Einsatz eines besonderen Gases zu unterwerfen: „Belegt ihn mir mit Gas von dem Guten und nehmt ihn mir gefangen. – Me le echan gas del bueno y me lo meten preso.” Wenige Tage später wiederholte er im Fernsehen seinen Befehl Gas einzusetzen: „Écheles gas del bueno.“
George Eikhoff (Konrad Adenauer Stifsung, Berlin, Alemania, 2.Feb.09)

Delirio de poder

El conocido historiador mexicano Enrique Krauze diagnosticó hace tiempo, con precisión, el mal que aqueja al coronel Hugo Chávez; delirio de poder. Y nada más evidente, para confirmar el acierto del diagnóstico, que el nuevo intento de conseguir la reforma constitucional en Venezuela para permitir la reelección indefinida.
El 2 de febrero, el coronel Chávez cumplirá 10 años en el poder. Todavía le restan cuatro años más. Pero para quien está aquejado por el delirio del poder 14 años no son suficientes. Por ello, el presidente venezolano movió los hilos para que la Asamblea Nacional o Congreso, con dominio absoluto de sus partidarios, aprobara la enmienda constitucional que permite a las autoridades de elección popular presentarse sin límite para la reelección.
El 15 de febrero, 17 millones de venezolanos están convocados a referendo para pronunciarse a favor o en contra de esa enmienda constitucional.El coronel Chávez propuso ya otra vez, dentro de un amplio paquete de reformas constitucionales que concentraba aún más que ahora los poderes en el presidente, la reelección presidencial indefinida. Esta le permitiría gobernar desde 2013 otro período más hasta 2019 y, así, seguir sin límite en el poder.
El pueblo venezolano rechazó en diciembre de 2007 las reformas constitucionales: fue la primera derrota electoral que golpeó el delirio caudillista del líder del socialismo del siglo XXI. Aunque la Constitución no permite convocar a referendo sobre el mismo tema -con distinto y confuso ropaje, el del referendo del 15 de febrero es el mismo tema sobre el que se pronunció ya la ciudadanía a fines de 2007-, Venezuela vive la campaña electoral y manifestaciones callejeras por una y otra alternativa para el referendo sobre la reelección indefinida...
La enmienda aniquila un principio básico de la democracia, el de la alternabilidad; y consagra uno de los más nocivos azotes en la vida política de América Latina: el caudillismo, es decir, da luz verde al delirio del poder, la impronta de todo autoritarismo. A pesar de las ventajas de una campaña electoral desde el poder, más aun cuando a pesar de la caída del precio del petróleo el coronel Chávez cuenta aún con la millonaria chequera que ha sostenido su proyecto político, no será fácil que se imponga el Sí en el referendo. Cabe recordar la derrota en el anterior referendo; además, el triunfo de la oposición en los estados más poblados en las elecciones regionales de 2008 y en alcaldías como la de Caracas.Las elecciones avivan la polarización política en Venezuela. Como también observó Krauze, lo más descorazonador es el odio que el coronel Chávez ha ido sembrando en su país.
Diario Hoy (Quito, Ecuador, 30.Ene.09)

Chavez en sueco

Genom att utmåla sig själv som revolutionär arvtagare till Bolívar och Castro försöker Venezuelas president Hugo Chávez legitimera sin nära nog totala makt. Han behandlar statens tillgångar som sina egna och har gjort framtidslandet till ett land man lämnar.
Vem är egentligen Hugo Chávez, Venezuelas karismatiske president? Har han, som han påstår, uppfunnit en ”socialism för det tjugoförsta seklet”, samtidigt som Sovjetunionen upplösts? Ska man se honom som en pajas eller som en autentisk folklig ledare? En kommentator som understryker Chávez auktoritära drag är Enrique Krauze i en nyutkommen bok, El poder y el delirio (Makten och storhetsvansinnet, Tusquets, 373 s). Krauze är en av Mexikos mest kända historiker och tidningsmän, specialiserad på mexikanskt 1900-tal och speciellt presidentmakten. Krauze återger kort 1900-talets venezolanska historia, analyserar Chávez år vid makten samt redogör för intervjuer med venezolanska politiker och intellektuella. Hans analys mynnar ut i en bild av en egensinnig ledare som bygger sin makt på olja och retorik och i viss mån våld.
1989 upplevde Caracas en våg av våld och plundring, ”el caracazo”. De styrande blev rädda och alla, från vänster till höger, skyllde på odugliga politiker som förklaring till våldsutbrottet. Detta förakt mot politik har Chávez använt för att erbjuda sig själv som en ersättning för politik, fastän han naturligtvis därmed byggt upp sin egen politiska makt. Den 11–14 april 1992 ledde Chávez ett kuppförsök mot president Carlos Andrés Pérez, en våldshandling som ledde till 400 döda. Chávez fängslades men benådades efter en kort tid. Redan 1994 besökte Chávez under 100 dagar varje hörn av Venezuela och presenterade sig så skickligt som de fattigas försvarare att han som presidentkandidat 1998 vann valet med 56 procent av rösterna.

Chávez tillträdde sitt ämbete i februari 1999, och han satte genast igång med att utöka presidentmakten. Redan första året godkände 92 procent av de röstande förslaget att utarbeta en ny författning. I december samma år godkände 70 procent av de röstande Chávez ”bolivarianska” författning. Oppositionen kan sägas ha bidragit till den uppkomna situationen genom att uppmana till röstbojkott och stötta ett försök att avsätta Chávez. Oppositionen stödde också 2003 en två månader lång strejk vid det statliga oljebolaget PSVSA, en strejk som kom att öka Chávez makt i stället för att minska den. Chávez avskedade 20000 av de anställda vid oljebolaget som på många sätt utgjorde Venezuelas tekniska och ekonomiska elit. Han ökade samtidigt sin egen kontroll över företaget.
Den personkult Chávez byggt upp kring sig, ”hugolatrin”, vilar på medierna. Han framträder ständigt i medierna och har ett eget tv-program, ”Aló, presidente”, där han talar fritt om olika ämnen. Han uppträder i en heroisk pose inför befolkningen, fast han ju inte uträttat något heroiskt. Det enda han gjort och gör är att använda venezolanernas oljeinkomster på ett sådant sätt att det gynnar hans egna politiska ambitioner. Han följer ett tyvärr inte ovanligt latinamerikanskt mönster, nämligen att de styrande behandlar statens tillgångar som om de vore deras egna privata pengar.
2004 utlystes en folkomröstning om presidentens makt som gav Chávez 60 procent av rösterna, och i regionvalen samma år vann hans parti stort. Det första egentliga bakslaget för Chávez kom i december 2007 då venezolanerna med ungefär 2 procents övervikt röstade nej till att ge Chávez praktiskt taget obegränsad makt. Valutslaget förklaras med att många Chávezanhängare inte röstade samt att studenter över hela Venezuela börjat agitera mot Chávez och för demokrati. Det var också viktigt att ett antal nyckelpersoner uppmanade befolkningen att rösta nej, nämligen general Baduel som alltid tidigare stött Chávez, Chávez frånskilda andra hustru Marisabel Rodríguez samt en grupp som brutit sig ur hans parti. Alla dessa varnade för Chávez makthunger.
När det gäller ekonomin har Venezuela sedan länge levt på fördelningen av oljeinkomsterna mer än på produktion av varor och tjänster. Chávez har emellertid snabbt försämrat situationen genom att införa valutakontroll, ett detaljregelverk för företag samt priskontroll på livsmedel, vilket lett till svag lönsamhet för livsmedelsproduktion i jordbrukslandet Venezuela. Till och med kött importeras till ett land med vidsträckta slätter som förknippas med stora boskapshjordar. Bristen på varor och framför allt livsmedel har gjort att det uppkommit en svart marknad. När det gäller statens hanterande av pengar har korruptionen ökat under hans tio år vid makten, och utlandsskulden har mer än fördubblats fastän oljepriset legat högt. Nationalräkenskaperna är svårgenomträngliga men oppositionen menar att inflationen under Chávez närmat sig 300 procent.
Krauze understryker att Chávez har lagt allt i Venezuela under sig och att han till och med använder historien, språket och religionen. Hans användning av historien och språket kan kallas nyskapande i Venezuela liksom hans vana att vara allestädes närvarande i venezolanernas liv. De här dragen har dock en förlaga, nämligen Castro, en ledare som Chávez sedan 90-talet regelbundet har rådgjort med.
Som den historiker han är, intresserar sig Krauze speciellt för hur Chávez använder historien för att legitimera sitt agerande. Det tydligaste exemplet är Chávez hjältedyrkan av Bolívar, en av de viktigaste ledarna för Latinamerikas befrielse från Spanien under de första decennierna av 1800-talet. Från Bolívar, ett starkt ”varumärke” i Venezuela, har han lånat namnet, prestigen och tanken på ökad enighet mellan olika latinamerikanska länder. En av Bolívars huvudidéer var frihet, vilket inte är något tema hos Chávez som istället hyllar socialismen. Chávez väljer alltså de drag som passar honom hos en annan person eller en historisk situation och tillskriver personen de egenskaper han själv önskar framhålla. Chávez håller också på att skapa ett heroiskt förflutet åt sig själv genom att framställa sina egna förfäder som delaktiga i Bolívars hjältesaga, vilket skulle göra Chávez själv till Bolívars arvtagare. Fackhistoriker håller sig ifrån Chávez, men delar av allmänheten accepterar Chávez version. Krauze menar att Kuba hittills innehaft det latinamerikanska rekordet i att förvrida historien men att Venezuela nu håller på att gå om Kuba.
Chávez språk utmärks av att han inte argumenterar eller diskuterar med sina meningsmotståndare utan behandlar dem som fiender och använder ett hatiskt och krigiskt språkbruk, ytterligare en likhet med Castro. Chávez sår misstro mot venezolaner med europeiskt ursprung, mot personer med utbildning och mot företagare. En psykologisk förklaring till Chávez aggressivitet mot meningsmotståndare kan vara att han liksom Castro uppenbarligen sätter likhetstecken mellan sig själv och landet. Den som kritiserar Chávez sägs vara fiende till Venezuela. För ett sådant beteende finns det också andra föregångare i Latinamerika som Perón i Argentina. Oppositionen menar att allt detta skapat en djup splittring i Venezuela, ett land som så sent som på 60-talet var ett av Latinamerikas bäst fungerande länder. Istället för att vara invandringsland har Venezuela under Chávez blivit ett land man lämnar. Till utvandringen bidrar också frånvaron av personlig säkerhet i ett land med 15000 mord per år.
Jorge Quiroga, president i Bolivia 2001–2002, själv offer för Chávez agerande, varnar i intervjun med Krauze för att underskatta Chávez omstörtande verksamhet i Latinamerika. Chávez har ingripit i Ecuador, Nicaragua, Paraguay och mycket tydligt i Bolivia. Han söker ofta allians med någon som han identifierar som rebellisk och förklarar att denne representerar revolutionen. Chávez finansierar sedan stora delar av sin skyddslings verksamhet, som organisation av strejker och andra påtryckningar för att tvinga den demokratiskt valda statsledningen att avgå. När det gäller Colombia har Chávez hjälpt till att finansiera gerillarörelsen Farc som bekämpar den lagligt valda regeringen.
När det gäller att understryka narkotikahandelns inverkan på det offentliga livet i Colombia och Mexiko använder man inte sällan förstavelsen narko- . Quiroga menar att man på samma sätt som man kan använda förstavelsen petro- för att hänvisa till Chávez användning av oljeinkomsterna för att utvidga och befästa sitt inflytande i Latinamerika. Vissa länder är starkt beroende av Venezuelas oljepengar och detta gäller i första hand Kuba. Venezuelas oljeleveranser till Kuba har varit den viktigaste anledningen till att Castroregimen överlevt efter Sovjetunionens upplösning. Som betalning sänder Kuba bland annat kubansk medicinsk personal till Venezuela, men det finns också kubaner på många andra platser i det venezolanska samhället. Oppositionen menar att kubanerna nu dominerar hela säkerhetstjänsten och militärledningen samt påverkar utrikespolitiken.
Också Honduras är beroende av Venezuela och i ökande mån även El Salvador. Andra länder, som Argentina, är uppbundna av lån från Venezuela. Åter andra länder undviker att stöta sig med Chávez, eftersom de inte kan bortse från möjligheten att de kan behöva be om venezolansk hjälp till sin energiförsörjning. Detta gäller länder som Peru, Chile, Brasilien och Mexiko.
Ett viktigt inslag i förklaringen till Chávez förmåga att trollbinda en del av venezolanerna är hans retorik, menar Krauze. Chávez presenterar sig som revolutionär, inte som frihetskämpe eller som demokrat. Han väljer, kombinerar och skapar nya associationer på ett sätt som gör att man kan säga att han skapar ett nytt språk. Allt som venezolanerna kan tycka vara gott ska förknippas med den ”bolivarianska revolutionen”, inte bara Bolívar utan också begrepp som kärlek och generositet och till och med Kristus. Genom att säga att Kristus skulle ha varit socialist om han levat nu ”överför” Chávez religionens prestige till sitt eget politiska projekt. Även den prestige som Kuba har hos många latinamerikaner håller Chávez på att länka från en åldrad Castro, som han framställer som sin far, till sig själv, sonen. Ytterligare en latinamerikansk kulturell vana som han gjort sig till främste talesman för är antiamerikanismen. Han missar inget tillfälle att skymfa ”imperiet” – hans benämning på USA.
Det är inte bara den venezolanska oppositionen som protesterar mot Chávez. En rad internationella organisationer har nu kommit ut med rapporter om tillståndet i Venezuela. I september 2008 påpekade International Transparency att Venezuela låg på plats 158 av 180 i världen när det gäller frihet från korruption och att i Latinamerika låg bara ett enda land sämre till än Venezuela, nämligen Haiti. Human Rights Watch rapporterade också 2008 att Chávez tio år vid makten varit negativa för de mänskliga rättigheterna i Venezuela. Omedelbart efter det att rapporten publicerats utvisades den ansvarige vid organisationens kontor i Venezuela.
Skymtar ingen ljusning? Vissa venezolanska intellektuella tycker sig se att förändringar är på gång. Kuba har blivit allt mindre populärt i Venezuela, Bolívars namn håller på att bli utnött, och militären förlorar prestige av att förknippas med Chávez. Det som skulle kunna punktera Chávez är om Kuba efter Castro skulle välja den kinesiska vägen att satsa på företagande. Då blir det svårt för Chávez att påstå att det skulle finnas någon speciell bolivariansk ideologi. Kanske, kanske, drömmer de mest optimistiska av de intellektuella Krauze talat med, kanske skulle Venezuela efter Chávez kunna starta om sin demokrati, befriat från alla de myter som Chávez byggt sin makt på och vars tomhet är alltmer uppenbar.
Verkar det bli så? Efter det att Krauzes bok kom ut har nya regionalval hållits i Venezuela. Oppositionen vann i de stora städerna men chavisterna dominerar mindre städer och landsbygden. Det är ännu ovisst hur berättelsen om Chávez kommer att sluta.
Inger Enkvist (SvD, Estocolmo, Suecia, 27.Ene.09)