jueves, 30 de octubre de 2008

El Método Chávez


Esta semana anterior se celebró en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; el 79° Encuentro Empresarial de Coparmex, con la participación de destacados conferencistas así como con la presencia del presidente Felipe Calderón como invitado de honor en la comida de gala.Entre los panelistas se contó con la siempre brillante participación de Enrique Krauze Kleinbort, quien a unos días de presentar su nuevo libro dio un avance del mismo, del cual puntualizo algunos conceptos que trataré de comentar.En particular hace un análisis del régimen chavista en Venezuela así como los factores que se conjuntaron para la imposición de lo que llamó una dictadura aderezada con petróleo, régimen que el día de hoy, ante la baja de los precios del barril de crudo se tambalea ese castillo de naipes que ha creado Hugo Chávez, y en donde el gasto del estado que se ha quintuplicado en los últimos años, así como el crecimiento de la corrupción y la intolerancia, en una democracia sin partidos políticos y en la cual todos los poderes dependen del ejecutivo serán su propia tumba.

Comenta que el “Método Chávez”, que hoy se replica en Ecuador, Bolivia y otras naciones del cono sur y Centroamérica centra su fuerza en la ruptura de las instituciones, así como en la quiebra de la credibilidad en los políticos, juego en el que cayeron ciudadanos, empresarios ,medios de comunicación disidentes y en general la sociedad, al proclamar el desprestigio de la política y los políticos, igualando al político con un ente corrupto , practicando la “anti política” y dejando en un ser mesiánico el destino del país , convirtiendo a los ciudadanos en súbditos de un caudillo populista. Se denigro tanto al político en el sentimiento particular de cada individuo, que a través de movilizaciones populares intensas se logró tomar y controlar el poder, después de socavar la participación ciudadana, para desde él, llamar a un plebiscito para reformar la constitución y permitir, una vez liquidada la conciencia ciudadana, la perpetuidad en el poder de ese caudillo mesiánico y subyugar a todas las instituciones.

No dudó Krauze en ningún momento en afirmar que ese era el plan reformador de López Obrador, dejando al descubierto con sus propias acciones, más propias de un tirano romano intolerante sus verdaderas intenciones, que quería el poder para entronizarse y seguir los pasos de Hugo Chávez, lo cual sin duda el día de hoy a pocos les queda duda alguna de ello.Sin embargo el propio investigador señala que aún México no puede decir que nos salvamos del todo, las ideas chavistas permean en el ambiente ante un terreno fértil generado por las circunstancias financieras mundiales, así como estamos expuestos a que surjan nuevas replicas de caudillos populistas ante la falta de liderazgos efectivos, por lo mismo da su receta de lo que podemos hacer como ciudadanos. En primer término, simplemente podemos quedarnos en nuestra “área de confort”, esperando a que ese ser mesiánico aparezca y nos resuelva de golpe todos los problemas, o cada uno de nosotros en nuestro entorno se involucra y se compromete con su comunidad, cuidando las instituciones, cuidando de no desprestigiar a la política y los políticos, vigilando y participando activamente .Cada uno de nosotros no podemos preocuparnos, o sería inocuo, de problemas nacionales o fuera de nuestro alcance, pero si se debe uno involucrar en su comunidad , haciéndonos cada uno responsable de la parte que le corresponde; poniéndole lupa a los funcionarios, estimulando la transparencia, el respeto a los derechos inalienables de los ciudadanos, entre otras muchas acciones ciudadanas.

Jorge Pensado Robles

Chávez, venerador de héroes


El historiador Enrique Krauze estudia el proceso político del país en El poder y el delirio, ensayo en el que documenta y analiza la revolución bolivariana y que presentará en Caracas el próximo mes. "Un país no puede poner su destino en manos de una persona", señala

Faltan menos de diez minutos para que comience la conferencia que ha venido a dictar, pero en lugar de apurar la conversación, Enrique Krauze la extiende. "Como usted comprenderá, tengo especial interés en hablar de este libro con un medio venezolano, pues el próximo mes estaré en Caracas para presentarlo", dice antes de pedir un segundo café. Desde hace más de un año, Krauze ha hecho de Venezuela su principal foco de interés para estudiar la figura de Hugo Chávez, personaje que analiza en el libro El poder y el delirio.Conversaciones con miembros del Gobierno y personas cercanas a éste –Alí Rodríguez Araque y José Vicente Rangel, entre muchos otros–, incluidos periodistas e intelectuales hasta ciudadanos de a pie; lectura cuidadosa de los siglos XIX y XX, desde textos de Bolívar hasta la comprensión de figuras tan complejas como Rómulo Betancourt y la democracia liberal puntofijista.

Enrique Krauze subraya cada tanto: "Yo respeto la vocación social, pero no veo por qué tiene que existir una concentración de poder para que un gobierno pueda cumplirla".Krauze declara que es un historiador que se acerca a Venezuela con simpatía. Ha querido "comprender para luego criticar", dice, como si quisiera blindar el libro de cualquier sospecha. Antes de su visita a Caracas, el ensayista mexicano ha hecho una parada en Madrid para dictar la conferencia Lecciones sobre Venezuela para América Latina. Una vez terminada la rueda de entrevistas –los medios españoles están especialmente interesados en el tema–, Krauze se dirige al anfiteatro Gabriela Mistral de Casa de América. El aforo está completo. La lección sobre Venezuela apenas comienza.

Ha dicho que la historia no es una fuerza sin rostro, sino un lugar donde coinciden caras, nombres, personas. En ocasión de Hugo Chávez, ¿no cree que hay demasiada conciencia política de su performance público?

–Sí, de hecho, centro una parte del libro en la idea del culto de la persona y del héroe. Chávez es un venerador de héroes, es un hombre que es muy consciente de que Venezuela, mucho más que otro país de América Latina, venera al caudillo y al personaje. En todos los países existe esa tendencia, pero no con el nivel en que se lleva, por ejemplo, el culto a Bolívar. La personificación del poder en Venezuela existe de forma mucho más acusada que en ningún otro país y Hugo Chávez lo utiliza a su favor. Eso con respecto al culto de la personalidad. Por otra parte, está la concentración de poderes en una persona, que es un rasgo esencialmente antidemocrático. En toda sociedad democrática existen limitaciones para el poder: límites funcionales, espaciales. La democracia no es la entrega de todo el poder o su delegación completa en un individuo; y, en este sentido, las relaciones de Hugo Chávez con la democracia son muy problemáticas. –Para algunos historiadores, Hugo Chávez evoca problemas irresueltos del siglo XIX, tiempo de montoneras pero también de caudillos liberales como Guzmán Blanco.



¿Qué tan esperpéntica es la mezcla que podría llegar a tener esos rasgos con el socialismo del siglo XXI propugnado por Chávez?

–En este libro trato de ahondar en esa pregunta. Soy un historiador que se acerca con simpatía a Venezuela, que estudia su historia (he leído todo lo que he podido, desde las obras de Bolívar hasta los historiadores que hay) y que trata primero de comprender para luego criticar. Páez, por ejemplo, es un personaje complejo, que por una parte participa de la tradición caudillista del siglo XIX y por otra era también un republicano. La legitimidad del siglo XIX, aun con sus caudillos, era democrática y constitucional. Una vez en la Presidencia, se respetaban las formas. Guzmán Blanco, que en efecto se parece un poco a nuestro Porfirio Díaz, un hombre de concentración del poder, aunque Guzmán es un poco más frívolo que Díaz, pero que igual cree en el progreso económico y cuida las formas políticas. Chávez participa de algunos de estos rasgos, con una diferencia clave: la legitimidad fundamental que a él le importa es la revolucionaria, el mito de la revolución.

 

¿De dónde proviene la mitología revolucionaria de Chávez?

–Su origen proviene, en primer lugar, de la revolución bolchevique; y en segundo lugar, de la revolución cubana y de Fidel Castro. La línea fundamental de Hugo Chávez es el libreto de la revolución cubana de los años sesenta. Castro rompió un paradigma de legitimidad, porque hasta el momento todos los caudillos de América Latina respetaban las formas. Chávez podría decir lo mismo amparado en una Constitución, pero él sabe y entiende que la legitimidad que lo sostiene es revolucionaria.

 

Ha pasado casi un año del 2 de diciembre y la derrota de la propuesta de reforma constitucional, ¿qué síntomas ve ahora en el panorama político venezolano?

El daño que se causó a sí misma la democracia venezolana durante las últimas dos décadas dejó una sequía profunda de líderes. Venezuela aún no se ha repuesto de ello. Hay muchos líderes de oposición, entre ellos alcaldes y gobernadores, que son muy jóvenes. Las generaciones van a ir operando y el tiempo no perdona a nadie, ni siquiera a Hugo Chávez. Incluso, percibo en los venezolanos un grado de conciencia política.

 

Eso de una conciencia política parece un imponderable, más aún con la tensión política venezolana.

–Es una conciencia política positiva, créame, muy positiva a pesar de la crispación y la dureza. Los venezolanos están viviendo en los límites. Escuchar la propaganda oficial es aterrador e indignante. Al adversario no se le trata como adversario sino como enemigo, y eso es esencialmente antidemocrático. No quiero profetizar nada, pero percibo que no hay líderes visibles. No obstante, creo que los instintos liberales de los largos años de la democracia, sobre todo en sus primeros años, aún sobreviven en el quehacer político venezolano.

 

Pero Hugo Chávez se ha encargado de estigmatizar ese paradigma democrático liberal.

–En el libro trato de abordar y comprender ese proceso. Venezuela erró el camino en los años ochenta y noventa. Un país como Venezuela, al igual que México, no puede prescindir de un gobierno con vocación social. Yo respeto la vocación social, pero no veo por qué tiene que existir una concentración de poder en una sola persona para que un gobierno pueda cumplirla. Lázaro Cárdenas en México, un presidente popular que repartió 17 millones de hectáreas, nacionalizó el petróleo, apoyó a los sindicatos y a los grupos de izquierda, duró 6 años en el poder y ni un minuto más. El desdén de Chávez por la experiencia del régimen de Puntofijo es inexacto e injusto. Rómulo Betancourt era un demócrata. Fue el precursor de Felipe González, de Bachelet, de Lula. Es un hombre que viene de la izquierda radical, y justamente pasa de la izquierda a la democracia. Y no lo hace en los años setenta, cuando los eurocomunistas descubrieron la democracia, no. ¡Pasa en los años treinta! Lo que ustedes tuvieron en ese hombre es algo que no sé si los venezolanos han apreciado.

Karina Sainz Borgo

Nuevas modalidades de coerción


Esta semana la Guardia Nacional “retuvo” y requisó arbitrariamente por más de una hora al reconocido historiador y político chileno-alemán Fernando Mires, cuando salía del país, después de atender a una invitación de la Universidad Central de Venezuela para dictar una conferencia. Hasta el momento no ha habido explicación oficial alguna de porqué los “mandaderos” del régimen “escogieron” al profesor Mires para tan extensa requisa.

La lectura que se le puede dar es que el Gobierno está expandiendo sus garras, como antes lo hizo Fidel en Cuba, Hitler en Alemania y Stalin en la antigua URSS, para evitar la divulgación dentro del país pensamientos e ideas contrarias a las de Chávez.

Esto explicaría la presión que se habría ejercido a los operadores de televisión por cable, para impedir la transmisión por National Geografic Chanel del capítulo de la serie Las Consecuencias referido de Venezuela y preparado por el periodista peruano Álvaro Vargas Llosa.

También ayuda a entender el porqué algunas editoras venezolanas, entre ellas La Santillana, se excusaron de publicar el libro que el investigador mexicano Enrique Krauze, escribió sobre el Gobierno de Chávez.

Afortunadamente, la también venezolana Editorial Alfa decidió asumir (el riesgo) de su publicación. Con estas “nuevas” modalidades de coerción se comienza a imponer otro cerco a los venezolanos.

Estamos obligados a defender a las instituciones


El historiador Enrique Krauze advirtió que 'los mexicanos estamos obligados a defender a las instituciones políticas porque, de lo contrario, se estaría suicidando la democracia lo que beneficiaría a un candidato similar al Presidente venezolano, Hugo Chávez'. Al dictar la conferencia magistral titulada Obstáculos culturales a la libre competencia, en el Encuentro Empresarial Coparmex 2008, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Krauze ejemplificó con el caso de Venezuela, lo que le podría pasar a México, luego de que en 2006, dijo, la bala nos pasó muy cerca.

Dijo que aún no nos hemos salvado del peligro que representa el populismo autoritario e incluso mencionó que es muy riesgoso asumir posturas como la de Alejandro Martí, quien reclamó a los políticos con aquella frase de “si no pueden, renuncie”, pues lo que debería ser, acotó, es que si no pueden hay que vigilarlo.

Insistió en que es importante que observemos el ejemplo venezolano para que nunca lleguemos al desprestigio de la política y a la antipolítico ya que si las instituciones políticas se van al diablo, entonces está listo el surgimiento del caudillo. Krauze también se refirió al presidente Felipe Calderón, a quien calificó de un presidente con sentido de responsabilidad y seriedad, además de un hombre que ha podido tener un liderazgo sensato. El único error que a decir de Krauze ha cometido el presidente Calderón, es haber mantenido en su cargo al secretario de Gobernación, Juan Camilio Mouriño.

Raymundo Sánchez

Si no es censura...¿qué es?


Tres ejemplos recientes demuestran y confirman el miedo que los rojos tienen a que la verdad del momento venezolano se conozca plenamente ahora que el dinero para sus chulerías "compra conciencias globales" se les esta haciendo más escaso. El primero tiene que ver con el destacado historiador mexicano Enrique Krauze, quien después de una rigurosa investigación terminó un libro sobre el régimen de Chávez, pero se ha llevado desagradables sorpresas a la hora de publicarlo. Tenía pactada la publicación venezolana con Santillana, como ha hecho con otros textos de notable éxito, pero los editores se rajaron a última hora sin dar explicaciones razonables.

      Lo mismo sucedió con otro sello editorial de Caracas, cuyo gerente dijo que debía pensar bien antes de dar el paso. Ya el texto fue presentado en España con elogiosos comentarios de la crítica y circulará entre nosotros gracias a la decisión de Alfa, pero después de estos capítulos inesperados e insólitos tratándose de un autor tan calificado. ¿Miedo de perder negocios o temor a represalias del oficialismo?

Nelson Bocaranda Sardi

El peligroso papel de Chávez



El editor y ensayista Enrique Krauze (Ciudad de México, 1947) es una de las voces más influyentes de su país y acaba de intervenir en la Casa de América con unas «Lecciones de Venezuela para América Latina».

¿Qué le parece el papel del presidente venezolano, Hugo Chávez, en el continente?
-Profundo, importante y muy peligroso. Si creemos verdaderamente en la democracia, tenemos que estar preocupados por lo que ha venido ocurriendo en Venezuela y a partir de ahí, como una irradiación, en la región. Hay que tomarlo en serio como un fenómeno que proviene de las entrañas de América Latina y, en particular, de Venezuela, que se vincula con la revolución cubana.


Tan pendientes de Chávez y sus aliados, pasan desapercibidos líderes como Lula da Silva y su labor en Brasil.
-Hay toda una genealogía de líderes con profunda vocación social como Lula, Ricardo Lagos o el olvidado presidente venezolano Rómulo Betancourt, precursor de un socialismo democrático. Estos liderazgos, que no son revolucionarios, no utilizan la historia como una mitología y no tienen un culto de la personalidad, introducen cambios mucho más silenciosos pero efectivos en sus sociedades. En cambio, Hugo Chávez representa la tradición carismática y caudillista de América Latina y se conecta con tradiciones de concentración de poder unipersonal, monocrática que vienen de la Europa del Siglo XX, del fascismo.


Parece imparable la cifra de tres mil muertos en 2008 a causa del crimen organizado en su país.
-Durante noventa años, México tuvo una paz y un orden envidiables. Esta es la guerra que nos tocaba. No podíamos y no podemos eludirla porque somos vecinos del mayor consumidor, somos una vía natural de tránsito desde Colombia y no tenemos otra solución que librarla.


¿Cree que la despenalización de la droga puede contribuir a acabar con el narcoterrorismo?
-Por supuesto, pero es inviable despenazalizarla en México porque habría un conflicto inmediato con EE.UU.


¿Qué presidente estadounidense, Barack Obama o John McCain, le conviene más a México para solucionar este flagelo?
-En ese caso en particular los dos apoyarían. El presidente que más le conviene a México es el que más le conviene al mundo y a EE.UU., y ése es Barack Obama. Por fortuna parece que la mayoría de los norteamericanos piensan igual.


¿Ha servido para algo la estrategia del Gobierno de Calderón de enviar 36.000 militares para combatir el crimen organizado?
-No ha sido muy efectiva pero no tiene otra alternativa. Esta guerra hay que librarla, no puede ceder porque entonces de esto a que México se convierta en un narcoestado habría un trecho pequeño. El hecho mismo de que haya tanta violencia entre los criminales es muestra fehaciente de que la estrategia si no los está venciendo, los está afectando de manera severa.


¿Por qué no había tantos crímenes cuando gobernaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI)?
-Porque el PRI tenía un arreglo, desde el presidente para abajo, con el crimen organizado. Esto no quiere decir que el PRI era una organización criminal. El poder centralizado absoluto en el presidente volvía mucho más fácil el regateo con la política. Ningún país democrático que se respete establece un acuerdo secreto con los narcotraficantes. México ya es un país democrático que se respeta a sí mismo.


¿En qué cree que se va a quedar la reforma energética?
-Se aprobará atenuada, con una dimensión mucho menor de la que sería necesaria. Pero será un primer paso y se habrá roto un tabú absurdo, que es el hecho de que México, junto con Corea del Norte, es el único país que tiene cerrado su sector energético. Es un país de mitos y tabúes, demasiado enamorado de sus mitos. Y esos mitos lo restringen al grado de la inmovilidad. Espero que en las próximas semanas se vaya rompiendo ese mito.


¿La izquierda y, en concreto, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) está en crisis, después de la decisión de su líder, Andrés Manuel López Obrador, de no reconocer su derrota en 2006?
-Por supuesto que sí. El PRD no sabe si ser revolucionario o democrático. López Obrador es un líder carismático que en el fondo busca un cambio revolucionario. Hay un sector muy importante del PRD que es democrático y que tiende más al tipo de gestión de Lula o Lagos. Siguen entrampados en ese problema y, mientras, el votante los está castigando. México necesita una izquierda moderna.

Encatamiento complejo y mágico



Chávez también se refirió brevemente a unas afirmaciones de Krauze en las que le atribuye un poder de "encantamiento complejísimo y a la vez mágico" sobre los venezolanos, que, agregó el historiador, estaría disminuyendo "de manera suave pero perceptible".
"Aquí no hay ningún encantamiento colectivo, aquí hay un programa, una propuesta en marcha (...). Chávez es el camino al socialismo, somos un colectivo ... no es una persona, ni estamos aquí para rendirle culto a una persona", declaró el mandatario.
Krauze hizo esas afirmaciones sobre Chávez este jueves en una entrevista con Efe en Madrid, antes de pronunciar una conferencia en la Casa de América sobre "Lecciones de Venezuela para América Latina".

Invita Chávez a Krauze a constatar su popularidad






El presidente de Venezuela, Hugo Chavez, invitó hoy al ensayista e historiador Enrique Krauze a visitar Venezuela para que vea que ese país no vive bajo un proceso de encantamiento que está disminuyendo.La referencia al intelectual mexicano se dio junto a la declaratoria que hizo el mandatario de “irresponsable” y “pitiyanqui” (imitador del estadunidense) del secretario de Asuntos Políticos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ex canciller argentino, Dante Caputo. “Venga pa que lo vea. Aquí no hay ningún encantamiento, aquí lo que hay es un compromiso colectivo, amor desenfrenado de patria, de socialismo”, aseveró el presidente venezolano.

Krauze dijo en Madrid esta semana que al parecer la crisis financiera global “está afectando al proyecto del presidente venezolano”.Agregó en el marco de la conferencia que ofreció la víspera en la madrileña Casa de América, que el “encantamiento complejísimo y a la vez mágico que ejerce Chávez sobre su país está disminuyendo de manera suave pero perceptible”.Pero este viernes el mandatario subrayó que una encuesta publicada este mismo día mostró que 75 por ciento de los venezolanos lo apoyan, así como al proyecto socialista que pretende implementar en este país.

Los mesías no regatean




El historiador mexicano Enrique Krauze elogió hoy el trabajo del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y arremetió contra el mandatario venezolano Hugo Chávez, en una entrevista con el diario español El País.
Lula "ha creado una vía democrática de preocupación social y ha demostrado, como dijo su antecesor José Sarney, que sabe el valor de lo concreto", señaló Krauze, cuyas palabras aparecen publicadas este jueves en la sección de contraportada "Desayuno con." de El País.Agregó que "cualquier reconocimiento que se le otorgue es poco".

Sobre Chávez, el director de la revista Letras Libres dijo que "los mesías no regatean, de modo que no saben cómo conducir sus países". Krauze hablará este jueves en la Casa de América en Madrid sobre los fanatismos, tema que hace siete años eligió Letras Libres para salir al mercado español.

El historiador mexicano explicó que desde hace tiempo ha trabajado sobre los fanatismos, y en este caso el "mesianismo" de Chávez."Llevo tiempo trabajando en la figura de Hugo Chávez y de eso voy a hablar, de ese tipo de mesianismo que tan perjudicial puede ser para América Latina".

Un mesianismo perjudicial para América Latina



El historiador e intelectual mexicano Enrique Krauze ofrecerá este jueves en la Casa de las Américas de Madrid una conferencia donde adelantará fragmentos de su nuevo libro Lecciones de Venezuela para América Latina.

En este ensayo crítico, Krauze analiza la figura del presidente venezolano Hugo Chávez y su forma de gobernar, "un tipo de mesianismo, afirma Kauze en una entrevista publicada en el diario El País, que tan perjudicial puede ser para América Latina... Chávez no sabe el valor del 10%; los mesías no regatean, de modo que no saben cómo conducir sus países".

La visita de Krauze a la capital española se da en el marco de la celebración del décimo aniversario de la revista mexicana Letras Libres, de la que es fundador y director, así como del séptimo año desde que esta revista mensual accediera al mercado español.El número más reciente de Letras libres lleva por título "Pasados imaginarios"; aquí, se convoca a diversos autores del mundo hispano a construir devenires ficticios de la historia, como punto de partida para dar origen a una narración.

Enrique Krauze, mexicano de ascendencia polaca, es doctor en historia por El Colegio de México. De joven, fue administrador de la revista Vuelta de Octavio Paz, publicación en la que colaboró durante poco mas de 20 años, desde su fundación hasta la muerte del Nobel mexicano. Posteriormente, Krauze fundó la Editorial Clío, que se encarga de publicar documentos históricos y en 1999, la revista Letras Libres, que en enero próximo alcanzará los 120 números y se distribuye tanta en España como en América Latina.Actualmente, Enrique Krauze es Miembro de lal junta directiva del Instituto Cervantes de España y del Consorcio de Medios de Comunicación Televisa.

Chávez podría ser removido a través de las urnas



El historiador Enrique Krauze confió hoy en que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pueda ser removido a través de las urnas y que la oposición de ese país recupere el papel que le toca jugar.Entrevistado en el marco de la conferencia “Lecciones de democracia de Venezuela para América Latina”, en la madrileña Casa de América, Krauze señaló que espera que la oposición “vaya a avanzar un poco” en los próximos comicios municipales de noviembre.

“¿Se puede batir a Chávez en las urnas?, se le preguntó, y éste aseguró que “Sí, sí se puede batir, yo nunca creeré, nunca puedo creer que hay otra salida”.“La otra salida es volver a rizar el rizo, es volver a la peor tradición, precisamente violenta y revolucionaria. Sí se puede cambiar todo en las urnas, simplemente creo que se puede”, dijo. Sobre las próximas elecciones en Venezuela, señaló que “yo soy moderadamente optimista, yo creo que la oposición va a avanzar un poco”.“Hasta creo que en ese avance cívico el presidente Chávez mismo va a ir aprendiendo, espero, la lección, de que la democracia tiene qué ver con el límite del poder y de la libertad, no con el poder absoluto”.“Espero que lo entienda o que la realidad se lo haga entender, pero claro son mis deseos”, acotó.

Asimismo, consideró que la oposición venezolana ha pagado sus culpas “fuertes”, ya que además ha sido “muy suicida”.Se refirió en ese sentido a la decisión de la oposición venezolana de retirarse de las elecciones en 2005. “Fue un suicidio, y es importante que se dejen de suicidar, que asuman su responsabilidad”.Sin embargo, Krauze consideró que en este momento, en el entorno político de Venezuela, “no veo líderes a la altura”.

El intelectual mexicano, quien celebra el séptimo aniversario de la revista Letras Libres en España, subrayó que la historia de Venezuela es de las más caudillescas y dictatoriales de América Latina.También comparó al mandatario venezolano con el subcomandante Marcos quien protagonizó un levantamiento armado en el sureño estado mexicano de Chiapas.“Existe un cierto paralelismo entre Chávez y el subcomandante Marcos, con la diferencia de que mientras Marcos se acercó al Che Guevara, Chávez, más inteligente, se acercó a Fidel Castro”, resaltó.

Chávez intenta relanzar la revolución cubana



El historiador y ensayista mexicano Enrique Krauze cree que la crisis financiera está afectando al proyecto del presidente venezolano, Hugo Chávez, y que el "encantamiento complejísimo y a la vez mágico" que ejerce sobre su país está disminuyendo "de manera suave pero perceptible".Krauze hizo esta reflexión hoy en una entrevista con Efe en Madrid, antes de pronunciar una conferencia en la Casa de América sobre "Lecciones de Venezuela para América Latina".

El historiador mexicano, que realizó numerosos viajes a Venezuela y que se ha entrevistado con miembros del Gobierno y de la oposición, considera que la influencia que ese país ejerce sobre otras áreas de América Latina es "muy profunda"."Es como un relanzamiento de la revolución cubana con un líder muy potente, muy carismático y dotado de petróleo. No sólo de ideología, sino también de petróleo", añade.Krauze invita a pensar lo que hubiera sido Fidel Castro en los años 60 "si además de la fuerza mítica que tuvo junto al Che Guevara, hubiera tenido petróleo"."De haberlo hecho, hubiéramos tenido el chavismo hace 40 años", afirma, antes de asegurar que se trata de un fenómeno "complejo, importante y muy riesgoso para la suerte de las muy jóvenes y frágiles democracias de América Latina".

Tras destacar el "carisma y el contacto muy profundo" que tiene Chávez con un sector muy importante del pueblo de Venezuela, el historiador opina que la crisis financiera mundial está afectando "de manera muy seria" al país, debido a la disminución sensible de la producción petrolera en Pedevesa y la disminución de su precio, junto con la corrupción y una alta inflación."El cuadro del proyecto de Chávez se ve afectado por la crisis", dice, aunque, a continuación, puntualiza: "Pero no hay ningún país que no se vea afectado" por esta situación.En su opinión, la crisis y la bajada del precio del petróleo puede pasar factura a Chávez, cuyo país celebra el próximo 23 de noviembre elecciones regionales y municipales.

Aunque Venezuela parece haberse convertido en una de las piezas clave de la nueva política exterior de Rusia y que esta situación coincide con el aumento de las presiones occidentales contra ese país después de su intervención en Georgia, Krauze no cree que Venezuela llegue a ser la nueva Cuba del Kremlin."Estoy seguro de que Chávez estaría encantado de tener una base nuclear en Venezuela y de reeditar por su cuenta la crisis de los misiles. Volver al libreto de los 60, pero no teniendo al Che y a Castro como protagonistas, sino a él mismo", señala.Pero, continua, "a ese extremo no va a llegarse", y opina que la la próxima Administración de Estados Unidos tras las elecciones del 4 de noviembre "va a introducir cambios importantes"."Yo espero incluso que haya un cambio con respecto a Cuba", afirma Krauze, quien cree que "cuanto más rígido" sea el Gobierno de Estados Unidos "mejor para Chávez".

Sin embargo, piensa que para los intereses de los latinoamericanos y los venezolanos en particular la mejor opción sería la victoria de Barak Obama y, en este sentido, recuerda que el propio Fidel Castro ya ha dicho que "vería con buenos ojos" la llegada del candidato demócrata a la Casa Blanca."Obama debe haber lanzado ya señales de que esta situación con Cuba debe cambiar", considera Krauze, quien añade que, sin embargo, ahora no lo puede expresar porque el voto del estado de Florida es muy importante.A su juicio, esto puede dejar a Chávez en una situación en la que parezca un "inútil". "Tener una posición tan rígida sería visto como algo muy raro", matiza, y agrega que "menospreciar" a Estados Unidos es una "necedad y una tontería".Afirma que es curioso que el presidente venezolano sea tan "vociferante y tan desafiante" con Estados Unidos cuando un "porcentaje altísimo" de la venta de petróleo viene de ese país.En su opinión, a Chávez "se le ha ido la mano o mas bien la boca con ciertos desplantes, que no van a llegar a ningún lado".